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NUESTRAS HISTORIAS PERSONALES CON LA LACTANCIA O LA HISTORIA DE FAMILIARES Y AMIGOS TIENEN CABIDA EN ESTA PAGINA

¿Has dado el pecho? ¿lo volverías a dar si tuvieses otro bebé?¿tuviste ayudas? ¿fue fácil?  ¿Lo recomendarías a otras madres? ¿te ayudaron en el hospital? ¿crees que merece la pena tener una asociación en la comarca?

Tus respuestas a estas preguntas  nos las puedes enviar al correo:
amarlactarvillarrobledo@movistar.es y las publicaremos en nuestra pg web. Queremos ayudar a todas las madres a poder tener una lactancia exitosa.



ANA TERA CAMACHO 19/11/2012
Ana Tera Camacho
19/11/2012
Es un carta que escribí al director del centro de Salud.
 
A/A: Coordinador Centro de Salud
 
Hace ya algunos meses que tengo ganas de escribir esta carta, si no lo he hecho antes, es por miedo a que ello contribuya a que el servicio al que me refiero sea objeto de los temidos recortes. Pero igual que dedicamos tiempo a escribir quejas, me parece bueno reconocer los buenos servicios.
 
Di a luz el pasado 30 de Agosto en el Hospital de Villarrobledo. Todo fue muy bien, y gracias a una enfermera (de Hellín), que me ayudo muchísimo, la niña se "engancho" al pecho enseguida. Dar el pecho a mi niña era un reto para mi, y si lo he conseguido, es gracias a los talleres del centro de salud y a las socias de AMARLACTAR.
 
De todas las madres que dieron a luz cuando yo, la única que da teta aún, soy yo. Se que esto es debido a la ayuda que he tenido en los talleres de lactancia y a la implicación de las socias de la asociación.
 
Un servicio como este, no está en todos los Centros de Salud, y es un auténtico privilegio tener estos talleres, una matrona y una fisioterapeuta a tu disposición, es algo inmejorable.
 
Muchas, muchas gracias, de todo corazón. Si lo he conseguido es gracias a vosotr@s. Ahora estoy disfrutando de la lactancia, y creo de verdad, que esto es promoción de la SALUD.
 
SILVIA 2012
HUGO, SILVIA Y LA LACTANCIA
Soy una mami primeriza de 30 años de edad que el pasado 18 de Enero de 2012 dio a luz un bebe llamado Hugo que ha tenido una experiencia algo difícil y dura con la lactancia y que quiero compartir con todas vosotras porque después de unos días de lágrimas, malos ratos, muchas horas sin dormir y bajones de moral y ánimo he conseguido que mi bebe se enganche a mi pecho y se alimente únicamente de la leche de su mami.
Todo empezó el miércoles 18 de enero cuando Hugo nació. Las primeras horas de vida del pequeño fueron muy felices ya que estuvimos casi 2 horas con el contacto piel con piel y aunque no comía si que buscaba el pecho.  Esa misma tarde intenté en varias ocasiones que se enganchara a mi pecho y aunque había leído mucho y sabía mucha teoría la práctica no es tan fácil. Yo veía que se enganchaba pero no notaba que succionara mucho, por lo que pedí ayuda en el hospital.
Una enfermera muy amable me estuvo ayudando, asesorando y me dio una jeringuilla para sacarme el pezón porque ella veía que aunque tenía el pezón bien estaba más bien plano. Bueno pues con eso y lo que me explicó la enfermera, pasamos esa primera noche.
 Al día siguiente (jueves)  yo seguía intentándolo pero no se terminaba de enganchar bien y además se quedaba dormido a la primera de cambio que se arrimaba al pecho y no había manera de despertarle a pesar de que le mojábamos los pies y demás. Esta segunda noche fue también difícil porque como durante el día no había comido bien pues no dormía bien y a la mañana siguiente cuando se llevaron al peque para cambiarle y observarle, al traérmelo me dijeron que el pediatra había dicho que me lo enganchara al pecho todo lo que pudiera que había perdido más peso de lo normal, con lo cual yo ya estaba preocupada y a cada rato me lo intentaba enganchar y pedí de nuevo ayuda a las enfermeras.
 En este caso trajeron un poco de leche en un biberón y en una jeringuilla y con la jeringuilla lo intentamos engañar para que se enganchara bien pero como se dormía, pues al final le dieron el poquito del biberón. Después de esto ya nos dieron el alta (viernes 20) y en casa ya vinieron los problemas y dificultades más gordas.
En cuanto llegué a casa me puse con el peque a darle el pecho y al ver que no había manera de que se enganchara porque se quedaba completamente dormido llamé a Inma para que me ayudara. A los 2 minutos Inma estaba en mi casa y empezamos a intentarlo, pero llamamos a Lola ya que Inma me dijo que ella tenía más experiencia. Bueno pues Lola se presento en mi casa a los 5 minutos, estuvo estudiando la situación, el problema y me estuvo asesorando de cómo colocarlo, de cómo despertarlo… pero como Hugo no colaboraba y se dormía profundamente, Lola decidió que el siguiente paso sería ponerme pezoneras a ver qué tal.
En ese punto llamamos a Esperanza para que me dejara las pezoneras y el sacaleches y biberón de Medela. Tras varios intentos y un rato de insistencia conseguimos que Hugo se enganchara con las pezoneras, así que así se quedo la situación y las chicas ya se fueron pero.....
Esa noche fue una de las peores de mi vida. En la toma de las 10 se enganchó un ratito con las pezoneras pero enseguida se durmió y ya no comió más y pensé, lo mismo no tiene más hambre, pero  luego en la toma de la 1 se despertó con tanta hambre y tan nervioso que no se enganchaba ni con pezonera ni sin ella. A medida que pasaban los minutos Hugo se ponía más nervioso, yo también y no había manera de que se calmara para que se enganchara. Intente de mil maneras calmarle y hacerle que se enganchara pero no había manera y las horas pasaban... el pequeño no paraba de llorar ni un segundo yo estaba agotada y de los nervios y mi marido estaba igual que yo...
Cuando nos dieron las 6 de la mañana del sábado (desde la 1 intentándolo sin conseguir nada) yo ya estaba desesperada porque veía que mi hijo tenía mucho hambre y no había manera de que comiera de mi pecho, tanto mi marido como yo decidimos ir a comprar leche y con el biberón de Medela le dimos leche de fórmula.
 Yo, mientras mi marido le daba el biberón pensaba que ya había fracasado y que esta decisión determinaría que yo ya no iba a poder dar el pecho a mi hijo, por eso en cuanto dieron las 9 de la mañana en el reloj intente contactar con Lola, para explicarle lo que había pasado esa noche y que me asesorara a ver que podía hacer para arreglar la situación. Además que esa mañana ya me había empezado la subida de la leche y tenia los pechos algo duros. Cuando le expliqué lo que había pasado por la noche y lo de mis pechos me dijo que me pusiera paños calientes, me diera baños de agua caliente y que con el saca-leches me sacara algo de leche.
Yo hice eso y al rato llegó para verme y estudiar la nueva situación que teníamos. Mis pechos estaban mejor de lo que Lola esperaba pero empezaban a tener síntomas de ingurgitación, por lo que los pasos a seguir eran estar cada 2 horas con paños calientes y sacarme leche y con esa leche írsela dando a Hugo con el biberón especial de Medela. Y así lo hice durante todo el sábado, que también fue un día muy duro porque cada 2 horas tenía que estar liada con el saca-leches manual, con los paños y los masaje y como tardaba casi 1 hora en sacarme 40 ml pues se me juntaba una vez con la siguiente con lo que durante todo el sábado no hice otra cosa.
 El domingo cuando me levante estaba echa polvo moral y físicamente pero seguí con el sistema y ahora ya me sacaba casi 60 ml y Hugo iba tomando durante todo el día leche de mis pechos con el biberón especial.
El domingo por la tarde además tuve un momento de bajón muy grande porque después de salir a pasear un rato por primera vez con mi hijo, cuando llegamos a caso me iba a poner con la tarea del saca-leches y muy tonta de mi derramé parte de la leche que me había sacado. Entonces me dio por llorar y llorar y además como estaban mis suegros y mi cuñado en casa pues yo me tuve que encerrar en la habitación sola a seguir con mi tarea mientras todos estaban en el comedor disfrutando de mi hijo y eso a mí me dolía mucho porque durante estos dos días yo a penas disfrutaba del peque porque tenía que estar con el sacaleches.
 El lunes, aunque yo seguía con mi tarea del sacaleches, después de hablar con varias personas y ver la posibilidad de utilizar un sacaleches eléctrico me puse en contacto con Lola para ver si ella me podía facilitar alguno y como la asociación no tenia, ella se encargo de divulgar mi petición para ver si alguien me lo podía dejar, y fue dicho y hecho, a la media hora ya estaba Esperanza en mi casa con el sacaleches eléctrico y justo cuando estaba Esperanza en mi casa, intentamos que Hugo se enganchara a mi pecho con la pezonera, engañándolo con la jeringuilla y ¡cuál fue nuestra sorpresa! que al cabo de un rato lo conseguimos y Hugo estuvo un ratillo enganchado.
Bueno pues a partir de ese momento todo empezó a ir de maravilla. Durante esa noche todas las tomas fueron con el pecho y una pequeña ayuda de biberón pero al día siguiente ya no hizo falta ayuda de biberón e incluso hubo momentos que Hugo se enganchó directamente al pecho sin pezonera. Y nada, mis pechos empezaron a mejorar desde el mismo martes y ya no me hizo falta el sacaleches ni el biberón, solamente las pezoneras.
 Y hasta el momento Hugo está comiendo todo el día solamente de mi pecho y la ingurgitación está prácticamente "curada".

 
He de decir que la ayuda de Lola, Inma y Esperanza fueron fundamentales para superar la ingurgitación y conseguir que mi hijo se alimentara de mi pecho pero sin duda que el apoyo, ayuda, ánimo y comprensión de mi marido y padre de mi hijo han sido esenciales e insustituibles y sé que si mi marido no me hubiera brindado todo eso no hubiera conseguido nada, por eso desde aquí quiero agradecerle todo lo que ha hecho por mí y por nuestro hijo.
PILAR RANGEL 2011 

Mis primeras palabras son para dar la gracias a Mª Dolores, Ana y Marina, sin su ayuda no hubiera podido cumplir el deseo de amamantar a mi hijo.
Estoy a punto de cumplir 44 años, tengo una hija de 4 años y medio y un bebé que acaba de hacer 11 meses.
Cuando nació mi hija la experiencia como madre lactante fué tan horrible que estaba convencida de que si tenía más hijos la frase “ dar el pecho” no la quería escuchar. Intenté seguir todas las pautas y consejos habidos y por haber en cuanto a la lactancia materna, pero el llanto incontrolado de mi hija pidiendo teta a cada momento, las inoportunas visitas, las grietas en los pezones, la subida de leche….me hizo tirar la toalla y a las dos semanas mi hija empezó a tomar biberones.
Tres años después nació mi hijo en el HGV,  a los pocos minutos de estar en la habitación una de las enfermeras sin mediar palabra cogió al bebé de su cunita y me lo puso encima de mi pecho, instantáneamente el bebé buscó el pezón y se puso a succionar. En ese instante supe que mi hijo se alimentaría con leche materna.
Mi experiencia como madre lactante no hubiera sido muy distinta a las de otras madres si al cabo de diez días más o menos  de dar a luz no hubiera acontecido en mí un baile incontrolado de hormonas que desencadenaron una aguda “depresión postparto”. Los médicos me aconsejaron dejar la lactancia materna , pues precisaba tomar antidepresivos y eran incompatible con dar el pecho, este hecho me aumentaba la ansiedad pues yo quería seguir con la lactancia. Al principio me negué a  tomar pastillas, pero el bebé no tardó en notar mi estado de salud y empezó a rechazar el pecho. No quería teta, tampoco biberón , lloraba a todas horas … yo me sentía fatal. Fué entonces cuando recordé que había un grupo de madres con experiencia y formación en la lactancia materna que de una forma desinteresada se ofrecían para ayudar y resolver posibles dudas acerca de este tema. No dudé en ponerme en contacto con ellas y con la matrona del centro de salud.
Ellas me informaron de que SI existe medicación compatible con la lactancia materna, además me transmitieron tranquilidad, y una seguridad infinita de que estaba actuando correctamente lo cual que me llevó a seguir dando teta a mi hijo.
Hasta que la medicación empezó hacer efecto el bebé mamaba un minuto o dos y comenzaba a llorar, se ponía muy nervioso… debía de calmarlo y así me podía pasar unas dos horas , se juntaba una toma con otra , tuve que usar el sacaleches para poder darle leche con una cuchara…, Cada vez que llegaba la hora de la toma era un auténtico suplicio para el bebé y para toda la familia, pues mi marido también aguantaba como podía mi desesperación y la angustia que me provocaba esa situación.
Hubo algunas personas incluso un pediatra que me aconsejó dejar la lactancia materna porque me veían fatal.
 
Pasado un mes todo volvió a la normalidad ( yo seguía con mi tratamiento) y pasé de TEMER el momento de darle el pecho a DESEAR que se despertara para poder dárselo.
Así pues me siento super-orgullosa de no haberme rendido, y hoy pueda decir que le he estado dando el pecho a mi hijo hasta los 10 meses.
Todo lo mal que lo pasé ya se me ha olvidado, ahora solo recuerdo los buenos ratos que he disfrutado dándole a mi hijo lo mejor.
 
Gracias a todas las personas que me han ayudado.
 
ISABEL Mª  FERNANDEZ . JAIME 2012 
Yo salía de cuentas un 25 de enero, después de una mudanza en el octavo mes de gestación. Un embarazo que fue rodado y como la seda, con cuidado porque la curva de glucosa me salió alta, y había tenido un aborto poco antes de quedarme embarazada de mi muñeco.
Cuando llegamos a Villarrobledo nos dimos prisa para encontrar médico y me dieran cita para monitores. El día que salí de cuentas perdí el tapón por la mañana, pero en monitores me dijeron que todavía "estaba muy desfavorable" y me mendaron a casa.
Esa tarde me empezaron a dar contracciones, no eran ni dolorosas ni ritmicas, así que cuando llegaba una, a respirar como me habían enseñado en las clases de preparación al parto, y consciente de que no nos convenía ponernos nerviosos, mantuve una serenidad increible... Santi estaba también tranquilo, pero menos sereno que yo... , de hecho, cada vez que llegaba del trabajo me preguntaba si nos íbamos al hospital... no, no, si no tengo contracciones regulares, le decía yo.  La cosa es que creíamos que se me había fisurado la bolsa, porque el flujo empezaba a ser más líquido, y "por quedarmos tranquilos, porque yo todavía no estaba de parto", el 27 de enero, después de comer, una duchita, y al hospital. Cuando me reconoció la matrona, me dijo que me quitara la ropa, que me quedaba ingresada... Pero si no se me ha fisurado la bolsa, por qué me ingresas, pues porque estás de parto. Has dilatado cinco centímetros. Pues ya ha llegado la hora. Si esto es parir, prefiero parir a un dolor de cabeza. Y nos quedamos ingresados. CUando me preguntaron si querría la epidural, dije que sí, creo que no es necesario un dolor gratuito, bastante tiene una con las migrañas... Pero vamos, que me la pongo si esto va a doler más, porque si va a ser como hasta ahora, no hace falta... De hecho, me molestaba más  la vía que las contracciones... Después de un par de horas, el niño no bajaba, y me dieron una pelota de pilates, como no tenía dolores, y estaba de muy buen humor, pues colaboré todo lo que pude., así que estuve dando botes en la pelota.  Me pusieron oxitocina, y claro, la cosa cambió, las contracciones empezaron a ser más curiosas, y pedí la epidural  cuando estaba de ocho centímetros.
El niño no terminaba de bajar... Me daba la contracción y bajaba, pero en cuanto se me pasaba, el niño se me subía a las costillas, y estuvimos así unas cuatro horas. Cuando conseguimos -entre la matrona y yo- que bajara un poquito, el niño puso la cabecita en la posición más complicada, así que llamaron al ginecólogo para que valorara si iba a ser necesario instrumental... me entraron los siete males de pensarlo... Y el gine consiguió rotarle al niño la cabecita para que pudiera salir, pero en esto, va Jaime y se hace caca... Y llegó la pediatra al paritorio...
Cuando Jaime asomó la cabeza, vieron que llevaba una vuelta de cordón, al terminar de salir, se le fracturó la clavícula izquierda. Al salir, el niño parecía de gelatina. Tardó un ratito en reaccionar, Santi lo pasó regular ese rato, y yo, bendita oxitocina, tenía tal subidón, que en lo único que me fijé era lo largas que tenía el niño las uñas.
Por la tarde le pregunté a una enfermera, y me dijo que había dado 5 -8 - 10 en el test de Apgar.
El caso es que cuando me lo reanimaron, me lo pusieron encima mientras me cosían ... hora y media me estuvieron dando puntos, porque además del desgarro, me tuvieron que hacer episiotomía. Qué sensación más grande, la de tener a tu hijo encima, y poder, por fin, verle la carita... Luego nos pasaron, del paritorio a la sala de dilatación para recuperarme un poquito, y me puse al niño al pecho. Fue todo un cortejo, y nos conquistamos el corazón. Él, tan chiquito, se cogió estupendamente, y afortunadamente no hemos tenido problemas con la lactancia. Los dos o tres días que tardó en subirme la leche fueron los más duros, se junta el cansancio del parto con el follón hormonal que tenemos y el stress del niño, porque dentro de la barrigota de mamá se debe estar mejor que fuera... Lástima que no nos acordemos de mayores de lo bien que se estaba dentro de mamá... El niño se quedó afónico de berrear, porque aquello no era llorar... Hasta que , por arte de magia, una empieza a dar leche, y el niño encuentra consuelo y te deja dormir. Luego empiezan a curarse los puntos, y eso molesta. Benditas matronas que te quitan las molestias...
Poco a poco, y casi sin darte cuenta, te enamoras como jamás pensaste que podrías  amar a nadie... ahí lo tienes, tan indefenso, tan chiquito y tan frágil, y me sorprende cómo confía y cómo se deja querer por ti, está a nuestra merced, y se deja hacer, porque   se sabe amado por sus padres, es un milagro, un regalo.
Hoy Jaime tiene casi tres meses, y es un niño sano, fuerte y feliz.  Los desvelos tiene recompensa cuando te mira o te sonríe.

Pero aquí no acaba todo...

CUando me quedé embarazada estaba preparando oposiciones. Por el trabajo de mi marido, cuando empecé a estudiar vivíamos en Málaga y allí empecé a ir a una academia. Un par de meses después nos trasladamos a un pueblo que estaba a unos 130 kilómetros de Málaga, y decidimos que seguiría yendo a Málaga a la academia, y en esas me quedé embarazada, pero como todo iba bien, pues no lo dejé. Allí tenía una compañera que me preguntó si pensaba darle el pecho al niño... Sí, claro, si no tengo problemas, pienso dárselo. Estás loca, me dijo, no vas a poder estudiar. Peor sería si tengo que pararme a preparar biberones, le dije. Pero los biberones se los puede dar cualquiera. Pero el niño es mío, pensé. Me parecía una insensatez privar a mi hijo los beneficios de la lactancia materna por poder estudiar... Pero hay gente para todo. Durante el embarazo fui leyendo todo lo que caía en mis manos, y la opción de la lactancia se iba tornando la única opción que yo estaba dispuesta a elegir.
Mi madre me decía que a mí me dio pecho poco tiempo porque yo no hacía peso, y mi suegra cuenta películas de terror, que si duele mucho, que si salen grietas, que si patatín, que si patatán... La realidad es que cada mujer es un mundo, pero a mí me ha dolido más el pecho durante el embarazo que ahora. Cuando Jaime se me agarró por primera vez me preocupé mucho porque lo hiciera como en los gráficos que yo había visto, y los primeros días le sacaba al niño el pezón de la boca tantas veces como hiciera falta, hasta que consideraba que lo había cogido bien... Y es un profesional. El niño mama estupendamente, no duele nada, y es un momento muy especial entre él y yo. 
Y Cuando se acercablafecha del examen, nos dimos cuenta de que como Jaime reclamara lo que por derecho es suyo (la teta) mientras yo estaba en el examen, mi marido y él iban a tener un serio problema. Un sacaleches, y con el biberón. La solución perfecta. Cuatro biberones, cuatro, distintos, biónicos y megaplásticos, pero el niño dice que no le gusta la goma. La semana de antes del examen estuvimos probando, con el sacaleches que me dejaron en la asociación, pero nones, el niño no quiere nada más que teta.  Y allí me viérais en la puerta del aula del examen, toda la gente preocupada por su examen, reflexivos y serios, y yo, con mi niño dándole la teta más a gusto que todas las cosas... Montaron al niño en el cochecito y yo entré en el examen. Durmió como un bendito mientras yo estaba en lo mío, y cuando salí del examen, nos reunimos todos, y al despertarse tenía su tetilla lista. Ufff .
Ni que decir tiene que embarazo + mudanza + parto+ lactancia marterna = no aprobar oposiciones ha sido una ecuación perfecta. Pero otra vez será. Lo más importante es que Jaime está sano y feliz con nosotros.


ESPERANZA 05/10/2011

Soy una chica de 26 años primeriza. Mi bebe se enganchó bien al pecho, pero cuando me dio la subida de la leche el pecho izquierdo se me obstruyó y no sabía que tenía que hacer. Entonces acudí a la matrona en el centro de salud y me puso en contacto con la asociación donde rápidamente me solucionaron el problema. Me dijeron como lo tenía que hacer para desobstruirme el pecho y me dejaron un biberón especial donde el bebe tiene que hacer la misma fuerza para succionar que en el pecho para que mi bebe no notara diferencia entre el pecho y el biberón gracias a ellas hoy día sigo dando pecho a mi bebe. Muchas gracias.


LOLA  2004 Y 2007

Tuve mi primera hija sin saber ni conocer nada sobre lactancia. Desde el primer momento tuve claro que pasase lo que pasase daría el pecho a mi bebé.
Nacío el bebé y mis tres primeros meses fueron desastrosos. Biberones de manzanilla, para los gases desde los 15 días, y grietas hasta los 3 meses. Engordaba fenomenal, por lo que las grietas son parte del proceso y hay que "aguantarlas" me decían... A los 4 meses los biberones y el chupete hiceron que mi bebé rechazase el pecho, por lo que solamente mamaba de noche y en las siestas, el resto del día le daba mi leche en biberón. Con 9 meses ya casi no mamaba y se acabó la lactancia. Fue duro, pero mi hija tuvo su leche esos 9 meses y desde ese día no dejé de informarme en foros y libros.

Nació mi 2ª hija y la experiencia y la ayuda de otras madres hizo que mi pequeña mamase durante 40 meses. Fue una lactancia exitosa desde el primer momento, sin grietas (pues yo ya sabía como colocar al bebé) y sin biberones ni chupetes. Su primer líquido lo tomó con 7 meses y fue en vaso. A partir del año fue aún más maravilloso dar el pecho a mi hija. A pesar de todo hubo muchos reproches hacia la lactancia por parte de familiares y algún que otro pediatra, pues mi hija no engordaba desde el tercer mes. Con un año pesaba 7 kilos.
A día de hoy mi hija sigue teniendo bajo peso y es muy feliz.
Dejó de mamar por una operación, pero si no, igual a día de hoy seguiría.



CRISTINA 2010
 
Tuve a mi pequeña con los pocos conocimientos sobre lactancia que me aportaban madre, hermanas, suegra y cuñadas, que no fueron pocos. Pero a pesar de ello tuve grietas durante 2 meses por la mala posición de la boca de mi bebé.
Gracias al grupo de apoyo a la lactancia, al cabo de un tiempo me recuperé, mi hija disfrutó y disfruta en la actualidad (la niña tiene 20 meses) de una lactancia exitosa.
He podido comprobar todos los beneficios de la lactancia para mí y para mi bebé Siempre ha estado muy sana y ha hecho peso de forma normal, incluso muy bien diría yo.
También debo decir que al igual que tuve el apoyo de mucha gente, también he conocido el rechazo a la lactancia materna, tanto de personal sanitario como de gente no sanitaria. Sin embargo, lo importante es tener claro lo que una mujer, una madre quiere dar a su hija, en la medida de lo posible (hay mamás que han tenido problemas con la lactancia que no han podido solucionar).
Quiero dejar claro que amamantar a los hijos es una costumbre que viene haciéndose durante siglos y que pertenece a todas las culturas del mundo, por algo será, no???

Subida a la pagina el 27 de octubre de 2011

ALMUDENA 2010
El nacimiento de mi hija fue un poco accidentado, no salía de cuentas todavía pero se vé que eso a ella no le importaba porque tenía muchas ganas de nacer. Se adelantó, rompió la bolsa y dijo "aquí estoy yo". Ella estaba preparada pero yo no. Tuvo que ser una cesárea rápida y un poco complicada pero lo importante fue que todo salió bien, lo demás no importaba.
Mi recuperación fue lenta, complicaciones en mi tensión hizo que tardara más de tres horas en estar con ella, y claro, el hambre no perdona y ella tenía mucha. Me dijeron que le dieron leche en una jeringilla, mientras yo estaba en rehanimación, porque lloraba desconsolada supongo también que querría estar con su mamá. Cuando subí a planta la miré, la tomé y la besé con toda mi alma, era el momento que había estado esperando durante mucho tiempo.
Pronto empezaron a venir enfermer@s para orientarme en la alimentación de la niña, "póntela en el pecho todo lo que puedas", "ten paciencia", "tienes que esperar a la subida", etc..Yo hacía todo lo que estaba en mi mano para que mi hija se enganchara en el pecho, mi pareja, mi famlia todos estabamos pendientes para que ese momento llegara. Pero no lo tuvimos fácil. Mis pezones estan invertidos, probamos con pezoneras, no funcionaba. Recuerdo los enfermeros conmigo, (bendita paciencia), el hospital aboga por la lactancia materna y estuvieron conmigo desde el principio. No tuve problemas con la subida, (tenía de sobra), pero mi hija no se enganchaba, estaba muy quieta, no hacía por comer. Al segundo día nos empezamos a precocupar porque estaba muy sonmolienta, y no la veíamos bien. Se lo dijimos al personal y se la llevaron. Estaba con una hipoglucemia sería. A partir de ahí empezó nuestra lucha por ella. No sabían si era un problema metabólico o que no tomaba lo suficiente, con lo cual me dijeron que teníamos que asegurarnos que comía. Me ofrecieron darle leche artificial para ver como evolucionaba, pero entonces pensamos...¿si me saco yo la leche? me facilitaron un sacaleches en el hospital y me sacaba las tomas cada tres horas para asegurarnos que no tuviese bajadas. 
Mi hija comenzó a usar biberones con mi leche, nos asegurábamos que tomaba y eso hizo que su glucosa subiese. Estuvimos ingresadas varios días, viendo su evolución que afortunadamente fue muy positiva. Ella ya tomaba leche materna en biberon y le encantaba.
 
Cuando volvimos a casa, seguimos con la misma rutina, me sacaba leche cada tres-cuatro horas y se la daba. Pronto me volví una profesional del sacaleches, los biberones se reproducían en casa, pero aún así me apetecía un montón sentir a mi hija en mi pecho. Acudí al grupo de lactancia del centro de salud de Villarrobledo y allí me orientaron en como ponérmela en el pecho, cogerla, etc..Con mucha, mucha paciencia conseguí que mi hija se enganchara en mi pecho, pero con mucha dificultad, no estaba cómoda, tomaba muy poco, etc..
En las revisiones me empezaron a decir que estaba baja de peso y que tenía que asegurarme las cantidades en cada toma. Asi que "tonta de mí" la retiré de mi pecho (!con lo que me había costado!) y seguí sacándome leche con el sacaleches y dándole en biberon. Nunca tomó más por eso, tomaba muy poco, no es una niña glotona, nunca pedía para comer, pero con lo que tomaba era suficiente.
 
Ahora tiene 19 meses, estuve dándole leche materna 10 meses, sacándomela con el sacaleches y muy orgullosa por haberlo hecho, además sólo quería mi leche, no consentía otra. Poco a poco fuimos introduciéndole otra leche, y actualmente toma leche de vaca. Es una niña sana, fuerte, sigue sin comer mucho, no se pelea por la comida, pero es feliz.
De mi experiencia he sacado algo positivo, y es que si quieres, puedes alimentar a tu hija con leche materna que es lo mejor para ellos. Requiere sacrificios pero es algo inherente cuando tienes un hijo no?.
 
Hay un cuento de Jorge Bucay, un psicoterapeuta argentino que dice:
 
"Tienes hambre de saber
hambre de crecer
hambre de conocer
hambre de volar...
Puede ser que hoy
yo sea la teta
que te da la leche
que aplaca tu hambre...
Me parece fantastico que hoy
quieras esta teta.
Pero no olvides esto:
no es la teta la que te alimenta...
¡Es la leche! "
 
Y es verdad, el objetivo es que tome leche materna, evidentemente hay otro vínculo emocinal, muy personal de cada madre con su hijo. Dar el pecho es ese conjunto de todo, alimentar, y por su puesto ese roce piel a piel que sólo se tiene si se da el pecho.
Lo más importante de todo es que cada madre/padre se sienta bien por aquello que hace, por cómo lo hace y por supuesto trasmitirselo a su bebé. Nosotros estamos felices por la decisión que tomamos y creo que esa es la mayor satisfacción que los padres pueden tener.
Ahora me hace gracia ver a mi hija dar el biberon a su muñeca...¡¡ay las paradojas de la vida!! Pero sobre todo me siento muy feliz por ver que ella es feliz.


 
INMA 2010
La idea la tenía muy clara, quería dar el pecho a mi hijo y nada ni nadie me lo impediría... nada más nacer, en la sala de partos empezó a mamar… fue una sensación increíble
El primer mes fue un poco duro, la subida de la leche, alguna grieta pequeña y me daban unos calambres en uno de los pechos, sobre todo por la noche, pero pasó el mes y estaba de maravilla y él también. Cuando fui a la revisión, el pediatra me dijo que no había hecho mucho peso y que sería porque mi leche no le alimentaba lo suficiente, su consejo fue que le diera una ayuda: un biberón después de cada toma…y que en 15 días lo volvía a ver. Fue como un jarro de agua fría, salí de la consulta pensando que no había valido para nada los malos ratos que había pasado y que no lo estaba alimentando bien, pero mi empeño no acabó, cada vez que lo veía moverse en la cuna le ofrecía la teta.. Por las noches dormía mucho, pues yo lo cogía, aunque estuviera dormido, lo ponía en el pecho y mamaba y mamaba… Durante esos días siempre tuve el apoyo de Ana, una de las mamis de la asociación
Cuando a los 15 días tuve la siguiente revisión, había hecho muchísimo más peso del que se esperaba el pediatra… yo, super contenta, seguí con el pecho. Pero no fue igual, mi cabeza solo pensaba: “¿lo estaré haciendo bien, y si necesita más, y si no engorda lo suficiente?”
 A los 8 meses empezó con vómitos y diarrea, y lo único que no vomitaba era la LECHE que yo le daba….
Tengo que decir, que mi hijo siempre ha ido delgadito, ahora come de todo y muy bien, pero sigue estando delgadito.
a los 10 meses decidió que no quería más teta, pero a día de hoy, con 18 meses le encanta dormirse acariciándome el pecho y la palabra que más le gusta decir es “TETA, TETA…”


YENIFER, 2009 Y 2011


Bueno mi experiencia de Lactancia fue bastante difícil, tuve un bebe prematuro de 2000 kilogramos, por cesárea, y mis pechos no estaban preparados para esta nueva aventura que iniciábamos mi hija y yo!!, no fue fácil empezar, ya que con una cesárea coger posiciones o moverte ya cuesta bastante, tuve que utilizar pezoneras y mi bebe era demasiado pequeña para succionar con fuerza, aun así con esfuerzo, paciencia y mucho amor lo logramos!!, el inicio fue muy complicado para nosotras, pero fui muy feliz DANDO TETA, 18 meses a una linda y encantadora princesa que después de todo lo que pasamos, estaba feliz con su teta, además el pecho era lo único que le calmaba todo.. (es así), en cuanto estaba incomoda x algo.. TETA, y solucionado!! jejeje, Después de esos 18  meses, quede embarazada y ahora tengo otra linda princesa, que también esta muy feliz con su TETA, y esa experiencia es única, el calor que le podemos dar, y todo lo que les podemos ayudar, es incomparable... FELIZ DANDO TETA....

ASCENSIÓN 2011
 Desde el momento en que me quedé embarazada supe que quería amamantar a mi pequeño por todos los beneficios que suponía para él y para mí, pesaban mucho más los pros que los contras. Tanto era así que mi única preocupación en el parto era cómo darle el pecho a mi bebé, me preparé en cuanto a las grietas pero no contaba con tantas cosas:
con que el niño no sabía, con su cansancio tras un parto complicado y el mío claro, con familiares que querían ponerle chupete, comentarios en contra de la lactancia, una enfermera muy joven e inexperta, bullicio de visitas, amenazas de biberón y sobre todo con que yo era primeriza
Lo peor es que todo surgió a la vez.
 El segundo día tuve la suerte de dar con una enfermera que muy amablemente me ayudó a colocarlo en la posición correcta y al tercer día en casa  (donde me dio la subida) pude disfrutar de uno de los momentos más especiales: mi bebé tomaba el pecho placenteramente.
Pasados 5 meses sigo con lactancia exclusiva, el niño está sanísimo y actualmente me es de gran ayuda la asociación al poder compartir dudas y pequeños contratiempos que se van solucionando:
¡Ojalá hubiera sabido de vosotras aquel primer día de hospital!

¡Ah! y menuda comodidad darle el pecho, con 1 mes estuvo en su primer musical, posteriormente ha estado en varios conciertos, de viaje, monta en tren habitualmente, en metro, etc... Resumiendo: que no tengo miedo a que le de hambre en cualquier lugar porque ahí está mamá en unos segundos para saciarlo.



AMPARO FERNANDEZ 2010

Hola soy Amparo, mi hijo se llama Juanjo, tiene 26 meses y sigue con la teta y lo que queda. Estoy trabajando y muy ocupada, muy a mi pesar no tengo tiempo de ir a vuestro talleres, que me encantaría..Solo quiero deciros que me encanta la labor que haceis, y que para mi dar el pecho a mi hijo es de lo mejor que me ha pasado en mi vida. Desde su primer día de vida se enganchó como un lobo y sigue igual. Cuando él tenía 2 meses de vida, yo tuve una mastitis, que os aseguro que es peor que parir, tuve 40º de fiebre y estuve muy mal, en el centro de salud el medico de urgencias me recetó las pastillas para retirarme la leche, pero yo gracias a Dios NO le hice caso, y seguí adelante, menos mal, con un Antibiotico me curé, pero yo creo que el que de verdad me curó fue mi hijo que seguía mamando cada vez con más gana. Y aqui estamos despues de 26 meses sigo dando la teta, no se me ha puesto nada malito, va a la guarde desde los 16 meses y es el más trasto de todo el aula. Yo recomiendo la lactancia a todas las mamas, es una experiencia que no se puede, una mujer, perder en esta vida. Bueno chicas ánimo con vuestra asociación y espero entrar en contacto con vosotras muy pronto.
 
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